miércoles, 29 de agosto de 2012

Dicen los astros que el mundo se acaba.
Dicen los sabios que el planeta colapsa.
¿Profecías, habladurías, verdades ò mentiras?
¿Cuantas veces colapsó? ¿Cuantas veces acabó?

Lo cierto es que el mundo comienza y se acaba
cada día y nosotros nacemos y morimos a cada
instante sin tener conciencia de ello.

Nuestro cuerpo, como una máquina perfecta,
crea vida a cada instante y para ello necesita
que una parte de él muera en el mismo instante.

Para una perfecta armonia corporal, millones
de células nacen y se regeneran constantemente
y millones de ellas desaparecen para dar paso
a la vida.

Al igual que nuestro cuerpo, nuestro entorno no
es diferente de nosotros, a través de las estaciones
la primavera da luz a la vida para que en otoño
desaparezca.

Nada termina, nada se acaba, todo sigue un proceso
de cambio constante,  dónde la muerte da lugar a la
vida y la vida sigue a la muerte.

Si vivimos sin poner etiquetas de bueno, malo, vida o
muerte, es mucho más fácil vivir la transformación
constante como parte integrante de todo, más allá
de la mente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario