Dicen los astros que el mundo se acaba.
Dicen los sabios que el planeta colapsa.
¿Profecías, habladurías, verdades ò mentiras?
¿Cuantas veces colapsó? ¿Cuantas veces acabó?
Lo cierto es que el mundo comienza y se acaba
cada día y nosotros nacemos y morimos a cada
instante sin tener conciencia de ello.
Nuestro cuerpo, como una máquina perfecta,
crea vida a cada instante y para ello necesita
que una parte de él muera en el mismo instante.
Para una perfecta armonia corporal, millones
de células nacen y se regeneran constantemente
y millones de ellas desaparecen para dar paso
a la vida.
Al igual que nuestro cuerpo, nuestro entorno no
es diferente de nosotros, a través de las estaciones
la primavera da luz a la vida para que en otoño
desaparezca.
Nada termina, nada se acaba, todo sigue un proceso
de cambio constante, dónde la muerte da lugar a la
vida y la vida sigue a la muerte.
Si vivimos sin poner etiquetas de bueno, malo, vida o
muerte, es mucho más fácil vivir la transformación
constante como parte integrante de todo, más allá
de la mente.
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