Ayer visité un lugar donde no existe el sufrimiento y donde la vida transcurre con placidez, sin la pátina que imprime el dolor.
Ayer estuve en un lugar donde las horas transcurren sin que el tiempo parezca marcar el destino de la humanidad.
Ayer compartí el mundo conmigo, dejando fuera a los demás, para poder contar que exite un lugar donde todos podemos compartir la vida en paz.
Me pregunto quién soy, de dónde vengo y hacia dónde voy. He hallado algunas respuestas pero sigo buscando incansable, más allá de la mente.
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